Al tiempo que los encomenderos de la Española gozaban de la llegada de nuevos cargamentos de indios, el hijo de Cristobal Colon, criado en la casa Real como Contino del Rey, contraía matrimonio con una sobrina del monarca. Ese matrimonio tenia una larga historia salpicada de cuestiones jurídicas, demandas legales e intereses en conflicto que se remontaban al mismo ano 1500, cuando las Capitulaciones de Santa Fe fueron enmendadas para eliminar al Descubridor como socio en el negocio de las Indias.
Un par de anos atrás , el 19 de Mayo de 1506 poco tiempo antes de morir, Cristobal Colon había hecho a su hijo Diego heredero de todos sus bienes y oficios de juro y heredad con el animo de que su testamento sirviera a su hijo de base legal para asentar los reclamos que el mismo Almirante había levantado a fin de que le reconocieran y ratificaran sus privilegios como Virrey y Gobernador de las Indias. Al igual que su padre, Diego consideraba que, una vez muerto el primero esos títulos y privilegios le pertenecían por derecho propio y le otorgaban
la soberanía efectiva sobre todas las tierras descubiertas por Colon, sin perjuicio de reconocer a los Reyes como soberanos eminentes en tales dominios. Una vez enterrado su padre, decidió pues reclamar sus derechos ante el Consejo de Castilla.
Sus reclamaciones abarcaban varios puntos. Entre los mas importantes estaban , desde luego, las peticiones para que se le reconocieran sus títulos como Virrey Perpetuo y Gobernador de las Islas y Tierra Firme descubiertas y por Descubrir en el mar océano mas allá de la linea establecida en el 1494 por el tratado de Tordesillas. Al mismo tiempo reclamaba que se le asignaran los salarios correspondientes a sus pretendidos títulos , mas la guarda que corrrespondia a todo Almirante de Castilla. Ademas Diego demandaba que se le reconociera el derecho a ejercer justicia sobre todos los asuntos tocantes a pleitos civiles y criminales en todos sus dominios sin ninguna excepción, y asi mismo exigía de los Reyes que no nombraran ninguna otra persona para el ejercicio de dichas funciones. Si acaso había que nombrar a alguien por alguna razón, Diego sostenía ese derecho le pertenecía a el sin participación real y mucho menos de los oficiales de la Casa de Contratación, cuyos funcionarios de las Indias también debían ser designados previamente por el Almirante. Finalmente Diego pedía a los Reyes que renunciaran al cobro y apropiación de los diezmos, pues consideraba que por derecho era a el a quien pertenecían, ademas de que sin ellos, decía el, sus rentas se esfumarían y el se quedaría sin tener que comer.
